El hombre acabado a imagen y semejanza de Dios
– Símbolo 23
«Si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra»
Las dos manos entrelazadas del símbolo muestran cómo un ser que ama con amor universal afronta la oscuridad y la «enemistad» (el gran arco de karma de color naranja) con amistad. Esta manera de actuar humana (el arco de color amarillo) regresa posteriormente a este mismo individuo eterno (el pequeño triángulo blanco) en forma de luz y alegría.
En el Antiguo Testamento, Dios comunica a los hombres el objetivo del proyecto de la creación: «Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra» (Gen 1, 26). La misión de Jesús era mostrar la manera de ser de un hombre de tal perfección. Sus palabras y su actuación se han conservado en la Biblia para la posteridad, el mundo recibió un ejemplo práctico del objetivo de la creación y la evolución.
Cristo pudo dirigir la manera humana de ser hacia sus perseguidores y orar por ellos en medio de su propia crucifixión con las palabras: «Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23, 34). Así actúa un hombre acabado a imagen del Dios que ama con amor universal.
Es esta manera de ser la que conducirá a la humanidad fuera de la oscuridad (simbolizada por las nubes) que es reemplazada por la luz de Dios (el triángulo luminoso) a través de la redención del mundo (la estrella brillante alrededor).
Esto sucede gradualmente a través de la evolución de una vida a la siguiente (los arcos pequeños). Las figuras cuadrangulares de color naranja/amarillo simbolizan las vidas terrenas individuales que son interrumpidas por estancias en el mundo espiritual (figuras de color amarillo claro) El individuo actúas cada vez más humanamente (los pequeños arcos de karma se mezclan cada vez más con el color amarillo).
Nuestra empatía y nuestra facultad de discernimiento moral siempre crecientes muestran que nos dirigimos al estado de amor universal. Finalmente, solo somos capaces de hacer el bien, como el ser Cristo del símbolo.
Las explicaciones del símbolo 23 hechas por el propio Martinus se encuentran en el libro de símbolos La imagen eterna del universo II
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